Los burgundios fueron una tribu germánica oriental originaria
de Escandinavia, que a
partir del año 200 inició una migración masiva
hacia Europa central, seguida por los vándalos, hacia Pomerania (actuales Polonia y noreste de
Alemania). Luego se instaló en la Galia,
entre los francos y
los alamanes, a orillas del Rin.
La tribu estableció su capital en Borbetomagus (actual Worms) y arrebató «Mogontiacum» (Maguncia) a los romanos.
A principios del siglo V, los burgundios se asentaron
pacíficamente en la zona del valle del Ródano, en un área entre las actuales Suiza,
Francia e Italia, que por ellos acabaría tomando el nombre de Burgundia (y más adelante evolucionaría a
la actual Borgoña). En el año 534,
los francos derrotaron a Gundemaro III, el último de los reyes
burgundios, y se anexionaron su territorio tras la batalla de Tolbiac.
Sus leyendas y sagas, base del Cantar de los
nibelungos, editado por vez primera en la Edad Media en el Sacro
Imperio Romano Germánico, les dieron trascendencia mitológica. Como
muchas tribus germánicas, se convirtieron al arrianismo, aunque los católicos dominaron
tras la conversión del rey Gundebaldo en 500.
En tiempos del emperador Graciano, cuando se establecieron en las
orillas del Rin, los burgundios eran 80.000 según la crónica de San Jerónimo pero
no especifica si contaba sólo guerreros o también a los no combatientes. La
primera opción la toma Albert Jahn en su Die Geschichte der
Burgundionen und Burgundiens (1874), donde estima que en total debían
ser 300.000 personas (80.000 hombres en el Rin, 20.000 hombres quedaron en sus
hogares, 50.000 mujeres casadas y 150.000 solteras, ancianos y niños). Dominique
Jamet en 1996 sostiene que la cifra se refiere al total de personas, fijando en
20.000 en número de combatientes, aunque el se refiere al año 406.
Otros cronistas dicen que eran 40.000 a 50.000 guerreros al conquistar los
territorios galos donde formaron su reino. Por último, el calculo más bajo lo
da Jean Décarreux, quien dice que eran apenas 25.000, de los que sólo unos
pocos miles eran guerreros.
Las tradiciones burgundias
mencionaban un origen escandinavo y eso encuentra apoyo en numerosas pruebas y
evidencias arqueológicas (Stjerna) y muchos investigadores consideran que esas
tradiciones parecen ser correctas. Posiblemente porque Escandinavia estaba más
allá del horizonte de las primeras fuentes romanas, incluyendo a Tácito (que solo menciona una tribu
escandinava, los de nuestros padres suiones), nada se dice en ellas de dónde
podrían venir los burgundios. El primero que los cita es Plinio el Viejo, que los veía como una tribu
integrante del pueblo vándalos, y luego Ptolomeo, en su obra Geographia,
en la segunda mitad del siglo II, los cita como vecinos de los semnones. La primera referencia romana a su
procedencia es simplemente el Rin (entre otros, Amiano Marcelino, XVIII, 2, 15), ya que para
ellos los burgundios no eran sino otra tribu germánica oriental.
Actualmente se cree que los los
burgundios procederían de la isla de Bornholm, ya que, hacia el año 300,
la población había desaparecido en gran parte de la isla. La mayoría de sus
cementerios habían dejado de utilizarse, y los que aún se usaban tenían pocos
enterramientos. El nombre de la isla, en noruego antiguo, es «Burgundarholmr»
(«isla de los burgundios»), lo que corrobora tal procedencia.
Nicolás Maquiavelo, en su Historia
de Florencia, reseña que los pueblos nórdicos tenían la tradición de que
cuando la región donde vivían no daba suficiente para mantener a toda la población
que había ido aumentando, un tercio de ellos, hombres, mujeres, niños y
ganados, junto con sus autoridades, se ponían en marcha buscando nuevas tierras
donde asentarse. En el caso de los habitantes de la isla de Bornholm, no tenían
otra opción que emigrar hacia el sur.
Las excavaciones arqueológicas
en Alemania en los últimos cincuenta años
han puesto de manifiesto la existencia de dos emplazamientos burgundios
en Germaniaanteriores
a su contacto con el Imperio romano.
Se han dado dos explicaciones sobre su existencia:
- Nuevamente, que los cronistas romanos de las campañas militares
no distinguieran a los burgundios de otro de los pueblos germánicos,
los alamanes, al escribir sus anales.
- Que tal contacto no se produjese porque los burgundios se
separasen de la liga de los alamanes en el momento en que el Imperio romano estaba debilitándose y en
desintegración y ocupasen territorios de las actuales Suiza, Austria, el Franco Condado y los Alpes.
Las primeras migraciones
burgundias los llevaron a establecerse en la margen izquierda del curso medio
del Óder, aunque algunas tribus llegaron hasta las
costas del lejano mar Negro. Más tarde
se trasladaron a la cuenca del Vístula, según Jordanes, el historiador de los godos de
mediados del siglo vi. A
mediados del siglo iii, los
burgundios habían estado a punto de desaparecer, derrotados por otro pueblo que
habitaba la misma zona, los gépidos, que, encabezados por su rey Fastida,
casi los aniquilaron.
Hacia la década de
270 d. C., los burgundios comenzaron nuevamente a emigrar y entraron
por primera vez en contacto con los romanos; hacia el final del siglo iii, una población bastante numerosa de
burgundios había ocupado las antiguas tierras abandonadas de los alamanes a
orillas del Rin y el Meno.
El pueblo alamán había empezado a desplazarse hacia el este, hasta la frontera
del imperio (limes germánico),
que atravesaban con cierta frecuencia para hacer incursiones en gran parte de
la Galia (hacia el 259/260), hasta que
fueron derrotados y se retiraron al otro lado de la frontera del Rin.
Durante casi un siglo, no ocasionaron más problemas a Roma, pero hacia el año
352 retomaron las incursiones. Al final del año 367, cruzaron por sorpresa el
Rin y saquearon «Moguntiacum» (Maguncia).
En el año 369,
el emperador Valentiniano I solicitó
la ayuda de los burgundios en su guerra contra los alamanes (Amiano Marcelino, XXVIII, 5, 8-15), pero al
final la campaña no se llevó a cabo, ya que los romanos empezaban a ver en la
llegada masiva de los guerreros burgundios una amenaza incluso mayor que la que
suponían los alamanes. Valentiniano contraatacó en «Solicinium» y, con ayuda de
otros pueblos, los derrotó pírricamente, pues las bajas del ejército romano fueron
tan numerosas que tuvo que abandonar la idea de continuar su campaña contra
ellos. En 374 los romanos firmaron la paz con Macriano, rey de los alamanes, que desde entonces fue un fiel
aliado suyo. Los siguientes tres años Valentiniano reorganizó las defensas de
la frontera del Rin, supervisando personalmente la
construcción de numerosos fuertes.
Al final del siglo IV, los
burgundios expulsaron a los alamanes de la región entre el Taunus y
el Neckar y alcanzaron el Rin.
Aproximadamente cuatro décadas más tarde, los burgundios aparecen de nuevo en
las fuentes. Tras la caída en desgracia y posterior cautiverio y ejecución
en Rávena del general y magister militum romano Estilicón, las tropas visigodas de Alarico I volvieron a luchar (406-408)
contra Roma, acompañadas esta vez por las tribus del norte, que cruzaron el Rin
y penetraron en el Imperio. Entre estas tribus se encontraban los alanos, los vándalos, los suevos y, posiblemente, los burgundios,
que se supone habían emigrado hacia el oeste y se habían establecido en
el valle del Rin, en
la zona próxima a «Borbetomagus» (Worms).
En 436 fueron
derrotados por los hunos, perdiendo a 20.000 guerreros y su rey Gundahario.
Cuando el Imperio romano se debilitó, autorizó a
los pueblos germánicos a
asentarse en su territorio como «federados» (fœderati). Estos pueblos
recibían tierras y una parte del impuesto sobre la renta a cambio de garantizar
la seguridad del territorio. Entre ellos estaban los burgundios que, a pesar de
su condición de foederati, parecen haber tenido una relación
tormentosa con los romanos, pues
irrumpieron en las regiones fronterizas y extendieron su influencia todo lo
posible.
Al parecer hubo a veces una
relación amigable entre los hunos y los burgundios.
Una costumbre huna para las mujeres les llevaba a alargar artificialmente el
cráneo de las niñas mediante fuertes vendajes cuando eran tan solo bebés. En
algunas tumbas germánicas, se han encontrado adornos hunos y también cráneos
femeninos tratados de esa manera; al oeste del Rin, solo las tumbas burgundias
contienen un gran número de esos cráneos.
Los siguientes años vieron el
nacimiento del primero de los reinos burgundios en
torno a Worms y su posterior destrucción en el año 436. Luego, ya dentro de los
límites del imperio, en el año 443 recibieron una región
llamada Sapaudia (la Saboya actual y gran parte de la meseta
de Suiza) y se expandieron luego a la Burgundia, donde lograron crear un segundo
reino que fue el más duradero y el que abarcó más territorio. Este desapareció
en el año 534 tras su definitiva conquista por los francos.